Páginas

Mi verdadero corazón te espera
mi verdadero corazón son golpes en la puerta
es el peso de tus pasos contra el piso
mi verdadero corazón está latiendo
abajo de la capa.

Mi verdadero corazón delator
nunca va a ir tras un compañero de la facultad.
Mi verdadero corazón tiene tres pisos
y una sola ventana
y dos colchones. Uno para este amor
y otro para el próximo.
Pero por sobre todas las cosas
mi verdadero corazón
está brillando ahora
después de mucho tiempo.
Cómo se puede amar
aún
después del tiempo
un día cualquiera
y sin ninguna esperanza.

Viene la imagen de ti junto a las rosas
las cosas de ella aún en la pared
mi sensación de intruso
y una primavera igual a esta.

Te veo haciendo el té
y son las seis de la mañana
los muebles dicen cosas de ti, que yo
quiero entender muy de pronto.
Mirás furtivamente hacia acá.
Los dos sabemos que el mundo
se imprime en este pañuelo.

Cuelgo un jazmín en un clavo
cuando vuelvo lo sacaste.

Nos vemos en un hotel antiguo
haremos el amor por segunda vez
pero parece la última
y esa sensación 
de la que quise esconderme
me está matando cada día.

Es un amor clandestino
eso está claro
y por si acaso
entramos al cine por puertas diferentes.
Me enoja un poco
haberte esperado en la entrada 
para que me lo recordaras.

Voy a dejarte
está decidido. Ya tiré las cosas por la borda
ahora iré nadando hasta la orilla.

Y sin embargo no es fácil.
Vuelvo a tu casa
veo otra vez los muebles
que ahora solo me hacen sentir
eternamente desgraciada.

Hacés un té y me mirás
anoche no dormimos pensando en esta tarde
sobre la que ahora vuelvo
con tierra en las manos
como a una tumba vacía.
Abrir los ojos lentos
descoser esta historia
apretar con los dedos el hilo de su trama
enredarla en mi pelo
como araña de campo que moviera las piernas
pasarme el peine un día y
cuando no esté tan triste
dedicarte una tarde de memorias de amor...
Nuestro amor de cristales y labios astillados
adicto amor que espera sin mirarse en relojes
que se guarda en las cosas más ínfimas: un broche
un tornillo perdido de caravana vieja
un dibujo una copa
de vino destrozada
que estará en la basura
(y si era amor qué esperan
devuélvanlo
no sirve).

Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente...

Idea Vilariño
muy bien
ahora me arde
pero no fue idea mía
ellos estaban hablando. yo solo me acerqué
supe que estaban lejos
y que tú estabas cerca.
miré el cristal vacío
miré el fondo del pozo
insistían en decir esas palabras
y yo hubiera deseado decir algo también
pero es que estaban lejos.
y no había manera de acercarse.
era otra vida, una vida en la que prendías cigarros
te emborrachabas
hacías diez veces el amor. tomabas coca
ponías una música nueva
sufrías menos
tenías un teléfono rojo,
problemas con ratones
leías cosas de dani umpi en voz alta
y estirabas los brazos para dormir conmigo en una cama hundida.
en esas noches yo estaba despierta
tenía contracturas
la vida no daba muestras de ser otra, se hacía a sí misma en silencio
como si no estuviera allí realmente
y entrecruzaba sus cables como una araña inmortal.
qué puedo hacer con tu nombre
jugar a derramarlo
pedirle que se diga solo
o susurrarlo en voz baja y dejar
que se conjure con los otros ruidos sobre el mármol.
cada día me pregunto para qué son los días
qué quieren, qué anotan en sus hojas de biblia
si hay un plan, un asunto, o si nada los arma
y por qué no se llaman simplemente "martes".
otros días no tengo preguntas como esas
y no digo tu nombre
aunque él diga el mío
sólo espero que pasen las horas de la tarde
esperando en un miedo fijo como un clavo.
y también hay un tiempo empeñado en vivirse
en hacer una a una a medida las cosas
pero ese me aprieta me aturde me desmanda
y tu nombre me pide entrar
y yo lo dejo.

pascuas de resurrección

yo digo que no sé vivir así
que quiero que me suelten los leones
que otros vivan por mí la vida que yo ya no quiero
decir: vengan, usen mi cuerpo
destrocen mis piernas, quémenme
arrojen mis ojos al río
y tómense mi sangre negra y dolorosa
que no ha hecho más que brotar a cada instante.
rompan mis manos. quiebren mis huesos. vendan mi trenza.
hagan lo que quieran
tápenme con piedras en un lago en el bosque
olvídenme, piérdanme
no me digan palabras porque odio las palabras
no me llamen por mi nombre porque odio mi nombre
no me traigan a mi amor.
no pregunten quién es.
no me hablen de las cosas buenas de la vida
no me importa qué diría dios en este caso
y lo último que quiero es renacer después de esto.
hoy no estoy pensando en ti, en que estés enfermo
imagino que llueve y que eso suena en tus pies con un dolor especial
hecho a medida
que nada tiene que ver con el dolor de un alambre.
se me hace raro que duermas, que tú no pienses, que sean las dos de la mañana y no pienses
qué decirte, no esperaba más
pero tampoco eso, terminar como un loco.
que parezca que las cosas se caen, y no se caigan.
terminar como un loco con un mundo aparte.
eso sí que es difícil, nadie lo espera
y sin embargo un día las cosas
se dirigen a otro sitio peor que este.
no hay verdad, mentira, referencias
no hay amor. no esperaba más,
pero tampoco esto.
Pienso en ti son las doce
en la mesa una jarra que se ha roto en pedazos
es de noche, estoy sola
y los vidrios del piso derramado se hunden
en mis pies que están tibios porque vengo de verte.
Pienso en ti en el reloj
que hace tres días marca las doce menos cuarto
tres o siete o un año
qué más da, si estás muerto, mi amor
y yo, dormida
en tu cama soñando con pedazos de vidrio.
anotá este poema. no vuelvas
no quiero más el ritual viejo de jugar
a la pasión estéril
a la verdad incomprensible de llevarte
como un espejo roto repartido en el cuerpo.

Un día el amor fue otra cosa
andabas por las calles, no había rastro de mí
apenas si mirabas las flores
amabas a otras
y te sentías bien con ello por ser tú
el hombre más libre del mundo.
Andabas por las calles, entonces
vivías
una vida distinta
hacías filas en todos los lugares
pedías cuentas que pagabas estirando la mano
disfrutabas del ruido de las hojas al pisarlas
me pregunto cuánto importan
los paisajes, los días largos
si al final llegarías
anunciado por nadie
como un diálogo antiguo, silencioso,
hasta mi cuello.

Si pudieran no hablar más conmigo sobre eso

Si pudieran no hablar más conmigo sobre eso, irse de a poco olvidarse o pensar en un alambre atravesado hasta el fondo o en un par de niños tristes que no han vuelto a su casa
si tuvieran un círculo para saltar dentro y romper un lenguaje que ya no dice nada
si al final no hay un hombre no hay un nido de espejos o una pared sin puertas para vigilar las casas
si en el patio de al lado no hay
una mujer desnuda
un perro suelto un árbol
una pequeña silla dada vuelta sobre el pasto
si supieran hasta dónde yo amo amo amo
como una rosa abierta que no sabe arrepentirse
como un pájaro a otro pájaro en un vuelo sin reglas
como el recuerdo de un sueño intransitable y largo
yo lo haría, estoy segura, si sirviera de algo 
no hablar más sobre eso, dejarlo pasar y listo
y jugar cada juego desde un tiempo profundo
intransferible, fácil
autojustificado.
La verdad no es una sola, ni es un golpe de gracia. No tiene un rasgo de caricia, no estará allí para nosotros ni nos sirve. Si me pedís la verdad, no sé cuál darte. No lo pensé todavía y tampoco lo habré pensado entonces, porque no sé cómo es vivir de la verdad ni he de volcarme hacia sus manos de bronce. No soy un hombre ni un perro, no sé soñar sostenidamente que vayan a cambiar mucho las cosas. No tengo nada para darte, no tengo amor. No tengo piernas ni un vestido para usarlas. No sé bailar cuando me piden. Si me preguntan, tengo un tiempo equivocado. No sé decir que no, y no me parece necesario. No sé explicarte, ni si querrás que te explique cómo me hiciste acordar al aire libre. 

La noche del vendedor de jazmines


Hubieras empezado por ahí, y todo esto no sería necesario. Sabés que me pasé la noche diciendo esto es lo mío, mirar los árboles, escuchar a Mery decir algo sobre la botella que tiene en las manos, o verlo venir al florista con un ramo de jazmines y decirle son jazmines esos, y que él diga: ella dice "son jazmines esos", y se ría y se acerque a nosotras y tire el ramo de jazmines por el aire diciendo "claro que son jazmines, ahora elijan el que más les guste, le regalo uno a cada una pero déjenme darles un consejo" y saber que eso es la justicia, lo que estamos esperando, la obra, la película manifestándose hacia todos los rincones de la plaza, el sufrimiento ajeno el miedo que me causaste, les voy a dar un consejo sobre las flores, dijo él, y siguió diciendo "si quieren una flor, quiéranla, y en el amor vale lo mismo que en los jazmines" y yo entendí "arránquenla" y ahí él se fue repitiendo "son jazmines esos, dice ella" y se dobló al reírse al desaparecer tras doblar la esquina, tras bordear la plaza, tras decir "luchen" porque era eso lo único que nos pedía. Nos regaló los jazmines por todos los hombres, por todas las bestias, por la desidia y la negligencia masculina como pidiendo perdón, yo también sé amar, yo también sé decir las cosas del alba.
Pienso en ti
estarás durmiendo
estarás muy quieto
habrás dejado de quererme.
Pensarás, eventualmente
que yo también seré otra
y que avanzar es eso, entender dos cosas:
la primera, que no se puede volver. Y la segunda,
que volver siempre es lo justo. Lo necesario.
Hay acaso un manto, amor
una noche tan oscura
para saber lo impensable, por qué suceden las cosas
por qué es amargo vivir en lo despacio
pensando dónde hay un hombre para acercarte
con las palabras usuales
en un lugar donde soy, como si no lo supieras,
irreversiblemente tuya.
A todos nos resulta patético, a todos nos resulta una pérdida de tiempo
a todos nos llueve en la baldosa del patio
pero especialmente a los hombres
porque los hombres tienen diez metros de tela para el juicio
o porque todo es importante para ellos y por eso un vago anhelo los perdona.
Si pudiera decir casa
si pudiera decir gente
mundo
trayectoria
si pudiera dar las gracias
detener los relojes
o decir tengo frío
si pudiera despertarme de este sueño y decirte
que no estoy tan cansada
ni tan vieja
que no estoy
agotada en absoluto.