Páginas

qué puedo hacer con tu nombre
jugar a derramarlo
pedirle que se diga solo
o susurrarlo en voz baja y dejar
que se conjure con los otros ruidos sobre el mármol.
cada día me pregunto para qué son los días
qué quieren, qué anotan en sus hojas de biblia
si hay un plan, un asunto, o si nada los arma
y por qué no se llaman simplemente "martes".
otros días no tengo preguntas como esas
y no digo tu nombre
aunque él diga el mío
sólo espero que pasen las horas de la tarde
esperando en un miedo fijo como un clavo.
y también hay un tiempo empeñado en vivirse
en hacer una a una a medida las cosas
pero ese me aprieta me aturde me desmanda
y tu nombre me pide entrar
y yo lo dejo.